Metas y camino están siempre entrelazados. Sin metas el camino no tiene sentido y sin camino no se llega a las metas.

En muchas ocasiones, tanto en la vida como en el deporte, se debate sobre qué es más importante: si las metas u objetivos que te estableces o disfrutar del proceso, disfrutar del camino viviendo el momento presente.

Desde mi humilde punto de vista, creo que más que conceptos excluyentes son conceptos complementarios. En el deporte se pone el foco en el resultado final y ganar, pero hay un atajo que muchos no conocen y es el trabajo diario, el vivir cada día, cada entrenamiento, cada situación con disfrute, con ganas de aprender y con consciencia.

Si un jugador, ya sea joven o profesional, se centra únicamente en la meta final, en conseguir objetivos de resultado, puede tener dificultades en obtenerlos ya que estará centrado en el futuro en vez de en el presente. Además, no podrá disfrutar de los avances diarios ya que no les dará importancia. Todo esto frena y reduce el proceso de aprendizaje. Cuando un deportista falla, tiene errores o un bache, parece que todo va a peor, que nunca lo conseguirá, pero después de todo esto que parece negativo, siempre hay una mejora, siempre hay un regalo.

Es clave en todo lo anterior cómo se gestionan estas situaciones negativas y cómo se interpreta todo lo que sucede. En la mayoría de los casos, lo realmente importante no es lo que te sucede, sino lo que piensas acerca de lo te sucede. Se pierde mucho tiempo pensando qué opinarán los demás, por qué ha sucedido esto, en vez de gestionarlo, afrontarlo o poner soluciones al respecto.

Cuando un deportista se plantea su carrera profesional como un proceso donde tiene que ir pasando por etapas, aprendiendo, equivocándose, obteniendo éxitos y fracaso que te hacen más fuerte, se está forjando un deportista con una mentalidad de campeón.

Metas y camino están unidos y se retroalimentan. Las metas hacen grande al camino y el camino hace grande a las metas. Es más, si lo miras con perspectiva, las metas son caminos y el camino son metas.

Te invito a que disfrutes de cada día, de cada entrenamiento, de cada partido: Te invito a que trabajes dando lo mejor de ti equivocándote. De esta forma llegarás tarde o temprano a conseguir tus más altas y grandes metas.

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