La conciencia y la responsabilidad.

John Whitmore, uno de los padres del coaching moderno, dice que la esencia del buen coaching consiste en desarrollar la conciencia y la responsabilidad. Para que nuestros deportistas o entrenadores mejoren su desempeño tanto dentro del terreno de juego como fuera de él son necesarias estas dos cualidades.

La conciencia implica conocer tanto lo que está ocurriendo a mi alrededor como conocer lo que estoy experimentando o sintiendo en cada momento. Para tener un mayor conocimiento de mi entorno necesito tener una mayor atención focalizada, es decir, prestar atención únicamente a aquello que puede ser determinante en el resultado final. Además, para conocerme mejor a mí mismo necesito reconocer cuándo y cómo mis emociones y deseos distorsionan la realidad. Puedes encararte con el contrario cuando te hacen una falta porque tus nervios y tu ira te dominan en ese momento o puedes sacar rápidamente para buscar sorprender al equipo contrario y obtener así un beneficio.

El deportista sólo es capaz de controlar aquello de lo que es consciente. Todo de lo que no es consciente le controla a él. Por eso, hay jugadores que son capaces de poner plena conciencia en el juego y acertar en sus decisiones. Esa plena conciencia le capacita para jugar a su deporte y le hace liberar todo el potencial que tiene dentro.

La responsabilidad también es fundamental para conseguir un alto rendimiento en el deportista. Y para que asuma una responsabilidad tiene que haber primero una elección. El entrenador tiene dos opciones: una decirle al jugar cómo tiene que defender al contrario no dándole ninguna otro alternativa de defensa o decirle cuál es el objetivo haciéndole responsable de la situación.

Sea cual sea el resultado final, si yo le digo a mi jugador cómo tiene que defender sin dejarle elegir y el contrario me mete gol, mi jugador me echará la culpa a mí porque él me ha hecho caso y aún así no hemos conseguido el resultado esperado. Sin embargo, si yo le digo que el contrario no tiene que rematar, y me meten gol, mi jugador se va a sentir responsable y por amor propio querrá tener éxito en la siguiente acción.

Los ejemplos anteriores son dos formas de proceder diferentes. En la primera de ellas no das ninguna opción y el jugador repite lo que le dices. Y en la segunda, el jugador elige cómo llevar a cabo el objetivo propuesto por su entrenador sintiéndose responsable de él.

Cuando se crea conciencia y responsabilidad a través de la práctica sistemática en los entrenamientos y partidos se mejora sustancialmente el estado de ánimo óptimo para la práctica deportiva.

A veces los entrenadores comentan que sus jugadores parecen ser apáticos, que no tienen sangre, que se les ve desmotivados. Una de las mejores recetas para aumentar el estado de ánimo de los jugadores es darles responsabilidad y hacerles más conscientes.

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