Una de las mayores riquezas que puede tener una persona, y un deportista en particular, es la confianza. Confiar en ti en ocasiones no es fácil ya que te dejas guiar por esa “voz interior negativa” que te dice que tú no puedes, que no estás preparado, que no te lo mereces, que no eres lo suficientemente bueno, que hay otros mejores que tú, …
Esa voz interior negativa se ha formado al “creerte” los comentarios críticos, sancionadores y limitantes que las personas significativas que tenías en tu vida cuando eras una niña o un niño te decían. Al repetirte alguien cercano a ti (tu padre, tu madre, tu entrenador, tu profesor, tu hermano mayor) que tú no podías, diste tanto poder a ese comentario que al final lo integraste en ti y lo asumiste como cierto.
Por tanto, ahora confiar en ti se hace muy difícil, en ocasiones incluso piensas que eres lo peor y que no hay esperanza de mejorar.
Pero hay una buena noticia. Al igual que se ha generado esa desconfianza en tu interior puedes darle la vuelta y empezar a confiar en ti. Únicamente necesitas cambiar la perspectiva.
En vez de darle poder a la opinión de los demás y “creerte” lo que ellos dicen que eres o haces, te tiene que dejar de importar o dejar de darle tanto valor a lo que dicen. No significa que tengas que pasar de todos y de todo. Significa que tienes que quedarte con los feedbacks que te pueden hacer crecer y mejorar y lo demás lo tires a la papelera. Un día le dije a un deportista profesional: “No creas que las personas están todo el día pensando y opinando de ti, no eres tan importante para ellos. Ellos sueltan una opinión o te dicen algo y luego se olvidan, pero en tu cabeza se queda esa opinión y si no te gusta, en muchas ocasiones te lastra y no te la puedes sacar de tu interior”.
Empieza a no querer controlar todas las situaciones. Querer controlarlo todo te quita energía. Te invito a que “sueltes”, no juzgues si alguien o algo es bueno o malo. Nunca se sabe el regalo que hay detrás. Las cosas que nos pasan nos ayudan a crecer y mejorar. Confiar en ti es clave en tu felicidad y en tu paz interior, y como decía antes es una de las mayores riquezas a la que puede aspirar cualquier persona.
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