Siempre que alguien me pregunta si quiero ganar le digo que “quiero Ganar con propósito”. Normalmente, o se quedan si decirme nada o me preguntan qué significa eso de “Ganar con propósito”.

Les digo que hay dos formas de ganar:

  • Ganar para alimentar mi ego: Es cuando se busca la victoria porque se necesita, porque si no ganas crees que la vida se va a acabar, porque te identificas tanto con ganar o perder que si no ganas te crees que no vales nada y que tu vida no merece la pena.

Esta idea parte de la infancia. Cuando eres un niño o una niña aprendes en la escuela, en tu equipo, incluso en tu familia, que ganar es muy importante, que tu valía personal depende de lo bueno que eres en el colegio sacando buenas notas o en tu equipo deportivo demostrando que eres mejor que nadie.

El problema es que empiezas a creer “la mentira” de que ganar es lo único que vale. Cuando siempre ganas no te sientes mal, pero cuando pierdes te sientes fatal. El problema es que en la vida y en el deporte se pierde más que se gana. Michael Jordan, el mejor jugador de la historia de la NBA, jugó 15 temporadas y “únicamente” ganó 6 títulos. Leo Messi, ha ganado 4 Ligas de Campeones de 17 disputadas. Por tanto, puedes ver que los mejores de la historia han perdido más veces que han ganado.

Es evidente que todos quieren ganar, y no es malo quererlo. Competir, dar tú 100% es sano. Lo malo es creer que necesitas ganar para ser feliz. Es una mentira que se ha creído tu cabeza. Mi opinión personal es que siempre hay que tener en la cabeza la victoria, siempre hay que querer ganar (no necesitarlo).

  • Ganar con propósito: Ganar con propósito significa que quieres ganar, que buscas la victoria, que trabajas para ella, pero con un significado diferente. Quieres ganar para superarte, crecer y mejorar, quieres ganar para sentir que has dado tu mejor versión sin dejarte nada, quieres ganar para aprender lecciones de vida, quieres ganar para disfrutar del deporte que más te gusta, quieres ganar para compartirlo con tus compañeros, con todos los que te rodean, quieres ganar para dejar un legado a los que vienen por detrás.

Cuando ganar de la segunda forma, vives más plenamente tanto la victoria como el fracaso. No te identificas con el resultado y sabes realmente quién eres y para qué estás aquí en la vida. Hay una frase que leí un día y decía: “que una derrota no te derrote, ni una conquista te conquiste”.

Sé que es difícil y que todos tendemos a buscar ganar, sin prestar atención al “cómo ganar”. Pero creo que el cómo y el para qué ganar marcan la diferencia.

Si quieres leer artículos como este puedes hacerlo en www.coachingdeportivo.com/blog