Cada día que pasa estoy más convencido de que la vida consiste en disfrutar y compartir.

Cuando tienes salud tú y los tuyos, y tienes bien a los que están a tu alrededor, te puedes considerar la persona más afortunada del mundo. No hace falta que te toque la lotería para que te sientas fenomenal. Basta con vivir el presente, cumplir tu propósito vital, disfrutar de ello y compartirlo con los demás.

En ocasiones, cuando hablas con personas del deporte o con personas que no están vinculadas al deporte, te dicen que lo más importante y lo que es más les preocupa es ganar, ganar dinero, ganar posición, ganar títulos. Y, aunque creo que ganar no es malo, estar obsesionado por ello, pienso que sí lo es. En la vida y en el deporte salimos a ganar, y es bueno superarse, mejorar, ganar en equipo, …

La diferencia radica en la forma en que ganamos o queremos ganar. Esto ya depende de la filosofía y de los valores de cada uno. Y está claro que hay pensamientos, actitudes o acciones que te van a hacer más o menos feliz a ti y a los demás o que te van a hacer sentir mejor a ti y a los demás.

Pau Gasol, habla de este tema diciendo: “He tenido la suerte de conocer casi todo: títulos, finales perdidas, victorias y derrotas sobre la bocina, momentos de estado de forma excepcional y la frustración de las lesiones… Y digo que he tenido la suerte porque gracias a lo momentos malos he podido valorar y saborear los buenos. En las situaciones difíciles me dan ganas de ponerme a trabajar más duro para salir de ellas. Y me han ayudado a madurar y a crecer como persona y como profesional. Una frase que siempre me ha gustado tener presente es: `Controla lo que puedas controlar´”.

La filosofía de Pau es disfrutar y estar agradecido por su vida y su profesión, tratando de dar cada día lo mejor de sí mismo; aprender del triunfo y de la derrota para crecer y mejorar; y no centrarse en ganar a toda costa ya que eso no depende de él al 100%. Evidentemente que es un ganador y quiere ganar, pero no puede controlarlo.

Si reflexionamos sobre los grandes deportistas de la historia, los que más han ganado, los más admirados y los que han servido de fuente de inspiración al resto de deportistas y personas, no se han preocupado únicamente de ganar, sino que con su forma de ver la vida y sus valores han dejado un legado digno de admirar más allá de los trofeos, títulos o victorias. Disfrutar y compartir esto con los demás es lo más grande del deporte.

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