CLAVES DEL ENTRENADOR EN LA COMPETICIÓN

El entrenador deportivo sufre con frecuencia presión excesiva debido al estrés que le genera su puesto, al desgaste de la gestión emocional del vestuario y a la competición.

Como este entorno no va a cambiar, lo más recomendable para el técnico es que se tome su puesto desde otro punto de vista, es decir, que se centre en el presente para hacer lo que está en su mano y dependa de él al 100%.

 

Para ello es fundamental un cambio de actitud en el entrenador donde:

  • Actúe con “mente calmada” y “atención focalizada” en el juego para tomar las decisiones correctas antes, durante y después de la competición. Un entrenador tranquilo y concentrado puede aportar mucho más que otro descentrado y nervioso.
  • Sea positivo y lo pueda transmitir a su equipo. Ser positivo no hay que confundirlo con ser ingenuo. Ser positivo significa saber encontrar una lectura positiva y un aprendizaje en cada competición independientemente del resultado. Todo esto hará crecer al equipo, reforzará la actuación de los jugadores y concretará el objetivo.
  • Vea la competición, además de para obtener resultados óptimos, para ayudar al desarrollo de sus jugadores.
  • Controle sus comportamientos, ya que perder los nervios en el partido no ayuda ni a él ni al equipo.
  • Establezca objetivos realistas con un plan de partido comprensible y ejecutable para sus jugadores.

 

En este cambio de actitud la forma de comunicarlo se antoja primordial:

 

– Antes de la competición la misión del entrenador es preparar a sus jugadores y al equipo de manera concentrada para el partido. Tiene que definir claramente lo que espera de ello, su manera de actuar, adelantar posibles dificultades y su solución. Justo antes de salir al campo las instrucciones deben ser breves, con pocas instrucciones y centradas en las conductas.

 

– Durante la competición el entrenador debe dejar al jugador que se centre en el juego. El entrenador no debe despistar con continuas intervenciones o comentarios inoportunos. Sin embargo, en las pausas se pueden dar feedbacks interesantes a los deportistas siendo el entrenador un observador que refuerza y encuentra la mejor información para el equipo.

 

– Después de la competición el entrenador debe tener en cuenta que nada más terminar la competición no es el mejor momento para hacer comentarios al equipo sobre el partido, tanto si se gana como si se pierde. Los jugadores pueden estar eufóricos o afectados y es mejor que las correcciones se realicen después de reflexionar profundamente. Lo ideal es que el entrenador saque conclusiones en su casa para en el siguiente entrenamiento se produzca un feedback positivo y de aprendizaje.

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