Qué te queda

 

Cuando un deportista se retira en lo único que se piensa es si le dará para vivir con lo que ha ganado o no. Pero, ¿ qué te queda ? Hay dos cosas más que te quedan:

 

  • Los recuerdos y los títulos, si es que ha ganado alguno. Esto no sirve para ser más feliz ya que es algo del pasado.
  • Las personas y relaciones profundas que se han cultivado a lo largo de la carrera deportiva y lo que se han aportado mutuamente. Esto sí puede ayudarte a ser más feliz ya que es algo de lo que se puede seguir disfrutando e incluso mejorando.

 

Yo cuando era más joven perseguía la felicidad a base de ser el número uno, de ganar más dinero, de conseguir mejores propuestas profesionales. Y, aunque conseguir metas y objetivos no es nocivo para una persona o un deportista, sí lo es pensar únicamente en ello y no tener otra vida.

 

Científicos ha comprobado que estas cosas materiales pueden dar satisfacción o felicidad, pero durante un breve periodo de tiempo. Si quieres conseguir felicidad plena tendrás que ocuparte de dos cosas básicas:

 

  • Cultivar relaciones reales y personales: En la sociedad en la que vivimos es más habitual y sencillo crear relaciones virtuales a través de las redes sociales que cara a cara. No estamos diciendo que las redes sociales sean negativas. Nuevamente dependiendo del uso que le des podrá ser perjudicial y beneficioso para ti. Lo que está claro es que cuando tienes la oportunidad de estas con tus seres queridos, dedicándoles tu atención plena tú te sientes feliz y la persona o personas que están contigo también. Cuando nació mi primera hija no disfrutaba porque cuando estaba con ella en el parque inconscientemente pensaba en el trabajo, lo que tenía que hacer y lo que estaba perdiendo. Ahora, afortunadamente, cuando estoy con mis hijas les doy una prioridad absoluta, me olvido de lo demás y me centro en lo que estoy ganando con ellas . La satisfacción y la felicidad que te aporta esta actitud marca la diferencia.

 

  • Ser una persona agradecida. Las personas tienden a quejarse de las cosas, de sus vidas, de sus trabajos. En vez de centrarse en lo que tienen y en lo positivo, piensan en lo que no tienen y en lo negativo. He conocido a la persona más quejica y negativa del mundo. Se llamaba Diego Gutiérrez. Cuando tomé consciencia de lo nocivo que eran para mí y los de mi alrededor estos tipos de pensamientos, y lo poco efectivos que eran para ser feliz, comencé un proceso de cambio que no ha parado todavía. El agradecimiento es una de las medicinas más antiguas que se conocen para cambiar el ánimo, conseguir la paz interior y sentirse feliz con lo que tienes.

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