Rendimiento mental

Los enemigos de la mente del deportista

Es habitual charlar con profesionales del deporte, o incluso con aficionados del por qué un jugador o un equipo pasan por una mala racha de resultados. Es evidente que los factores son múltiples (tácticos, físicos, gestión del vestuario,…) pero vamos a centrarnos en qué aspectos mentales pueden estar bloqueando al deportista o al equipo.

El primer factor negativo que perjudica el rendimiento es la identificación con el resultado. Es decir, cuando yo creo que soy mi resultado y que mi felicidad sólo depende de si gano o pierdo. Si gano no pasa nada, pero es muy peligroso porque cuando pierdo siento que no valgo nada, me siento vacío y deprimido.

Un deportista y un equipo es mucho más que sus resultados. Los resultados son un feedback que me indica si voy por el camino correcto o no. Si consigo los resultados que me he planteado tendré que seguir trabajando es esa línea. Si no, tendré que ver que tengo que hacer diferente para mejorar.

Este factor está muy relacionado con la necesidad de ganar. En muchas ocasiones, cuando gano todo está bien, y cuando pierdo todo está mal. Y esto no es así siempre. El ganar puede tapar cosas muy importantes para el crecimiento y mejora del deportista o equipo. Hay que entender para mantener el equilibrio que ganar y perder forma parte del juego. Todo el mundo quiere ganar. No conozco a nadie que salga a perder un partido. Pero está claro que cuando un deportista no se centra únicamente en si gana o pierde puede tener una mayor amplitud de miras y detectar qué tiene que hacer para mejorar.

Un gran ejemplo de equilibrio es Rafa Nadal. Nadal cuando gana, no “se crece” ni humilla al contrario, sino que relativiza en muchas ocasiones el resultado y se centra en seguir trabajando. Y cuando pierde, da la enhorabuena al contrario y siempre comenta que tiene que seguir mejorando para estar a su mejor nivel.

El último factor que  disminuye el rendimiento y que hace que un equipo o jugador esté mal mentalmente es el compararse continuamente con los demás. Cuando alguien se centra en el otro en vez de en él mismo tiene un gran problema ya que está perdiendo mucha energía y está entregándosela a quien se compara. El compararse con otros trae resentimiento, irritabilidad, decepción.

Como decía John Wooden: “no trates de ser mejor que nadie. Trata únicamente de ser mejor que tú mismo”.