La mente del ciclista

 

Cuando ves por la televisión una gran carrera de ciclismo, lo que más me sorprende es la mente del ciclista. Es evidente que es uno de los deportes más sacrificados del panorama actual deportivo, no solamente por la dureza de las carreras o pruebas, sino por toda la preparación que tiene detrás.

Ya no es recorrer 200 kilómetros un día, o disputar durante tres semanas una Vuelta, un Giro o un Tour, con su dificultad física. Lo complicado es la preparación mental de estos corredores que tienen que salir a rodar todos los días, cuidar su alimentación, controlar su peso, etc. Y luego además, estar preparados para afrontar una carrera o una Gran Vuelta donde el factor mental, la presión, la toma de decisiones y la adaptación al cambio son fundamentales.

Un ejemplo de lo anterior es Alejandro Valverde, que después de casi dos décadas intentándolo ha conseguido proclamarse Campeón del Mundo tras dos segundos puestos y cuatro terceros puestos. ¿Cuál ha sido la clave? Primero, que no ha tirado la toalla en ningún momento, y segundo, que como decía él en una entrevista, después de muchos años intentándolo, este año fue más tranquilo a la competición que nunca y sin ninguna presión. Esto hizo que tuviese mayor claridad mental para afrontar la carrera.

Por tanto, de lo anterior se pueden sacar dos aprendizajes: el primero, que la diferencia entre las personas que triunfan y las que no, está muchas veces en que los que triunfan no se rinden y lo intentan sin descanso hasta conseguirlo, mientras que los que no triunfan se cansan pronto o tiran la toalla a la primera. El segundo aprendizaje: que muchas veces nos creemos que por estar más concentrado, focalizado, tenso, preocupando en, por ejemplo conseguir algo, me va a llegar antes. En muchas ocasiones lo que se necesita es totalmente lo contrario: soltar, dejarlo ir, relajarse y disfrutar. Hay una línea muy delgada entre querer una cosa y necesitarla. La primera es una preferencia, algo que quieres. La segunda es más peligrosa ya que cuando necesitas algo estás aferrado a ello y esto te hace estar tenso, preocupado y no disfrutar de ello.

Alejandro Valverde en una entrevista después del campeonato del mundo declaró que este año se habían hecho las cosas de manera diferente. Después de perder el equipo nacional el vuelo, en vez de enfadarse, o preocuparse, se fueron todos a tomar un helado pensando que al día siguiente llegarían a tiempo para rodar antes de la carrera. También estuvieron concentrados todo el equipo días antes para planificar la estrategia y hacer piña. Por último, el ciclista comentaba que mentalmente se encontró muy bien durante toda la carrera.

Está claro que la mente del ciclista tiene que estar preparada para poder rendir al máximo rendimiento y que es un factor clave para el éxito.