Consejos
18 Sep 2023 10:09:08 am

¡Hola, Hola!

Ayer nos dejó un gran comunicador, un referente del periodismo deportivo, y sobre todo una grandísima persona. Ya no escucharemos en directo su ¡Hola, Hola!, pero lo tendremos guardado en el corazón y lo podremos escuchar grabado o en boca de otra persona recordando su legado.

Pepe Domingo Castaño, nos dejó a los 80 años un domingo de septiembre. Precisamente el día donde más brillaba. El más grande de los locutores deportivos de la historia de España, el que inventó una nueva radio alegre, divertida, sana y amena nos deja huérfanos porque era como un padre, o un abuelo de “joven corazón” que nos acompañó durante décadas.

Aunque comenzó profesionalmente ligado a la música, brillando con programas de radio y televisión de música y variedades, siendo incluso número uno en “Los 40 principales”, a Pepe Domingo Castaño le recordaremos por su aportación al mundo de la radio deportiva.

El recuerdo más antiguo que tengo de Pepe es cuando trabajaba en la Cadena SER, en el Larguero con José Ramón de la Morena. Sus cierres-poesía del programa a la 1:30 horas de la madrugada eran de obligada asistencia. Hasta que no le escuchaba finalizar no apagaba la radio y me dormía. En muchas ocasiones te ibas contento, feliz y con alguna que otra lágrima que te hacía brotar con sus palabras.

Luego, en los programas de radio “Carrusel Deportivo” y “Tiempo de Juego” de la cadena COPE, todos los fines de semana nos daba una lección tanto de vida como profesional. El maestro Castaño era ejemplo para los jóvenes y no tan jóvenes, era pura vida, pura alegría. Daba igual que comentase algo en directo que hiciese publicidad en cualquier cuña. Todo lo que salía de su boca lo hacía como hay que hacer las cosas en la vida: disfrutando y dando lo mejor de uno mismo a los demás.

No he tenido la fortuna de conocerte personalmente Pepe. Pero no me hace falta porque eras uno de los míos. Eras de mi familia. Con tu ejemplo me has transmitido valores tanto personales como profesionales que me han ayudado a pensar y sentir que las buenas personas pueden transformar el mundo con su buen hacer y con su corazón.

Ya no volveré a escuchar el ¡Hola, hola!, de entrada a tu programa, a nuestro programa, pero seguirá retumbando en mi cabeza y guardado en mi corazón.

¡Muchas gracias por todo Pepe! Ya te estamos echando de menos y no me imagino la radio deportiva sin ti. Pero seguro que desde ahí arriba nos estarás viendo y aconsejando para ser mejores personas y mejores profesionales.