Entrenador, vive la vida II

Continuando con el post «Entrenador, vive la vida (Parte I)», a continuación explico otros tres valores esenciales de un buen entrenador.

5. Ser buen comunicador

El entrenador tiene que transmitir a su equipo todo lo que ve, escucha y siente de una forma clara y sencilla. Para ello, es necesario hablar a los jugadores desde el corazón. Cuando un entrenador logra conectar con sus jugadores se logran éxitos extraordinarios.

Un entrenador debe comunicar con pasión y entusiasmo sus ideas al equipo. Así, todos remarán hacia el mismo lugar teniendo claro el objetivo.

6. Ser buen motivador y gestor del talento

Un entrenador debe ayudar al deportista y al equipo a guiar sus fuerzas internas para que se esfuerce en conseguir el objetivo que satisfaga sus necesidades.

Para ello, es necesario proponer metas individuales a los jugadores y establecer metas de equipo. A partir de este punto sería interesante elaborar un plan de acción para conseguir dichas metas.

Además, es necesario gestionar el talento de cada jugador. Dentro de la justicia de la que hablábamos anteriormente, es trascendental saber tratar a cada jugador. Sabemos que hay deportistas que les va mejor “la mano dura”; otros en cambio necesitan “cariño” para explotar todos sus recursos.

7. Creer en uno mismo

La creencia en uno mismo es clave para hacer que los cambios sean permanentes y duraderos. Además, para avanzar en la vida tanto personal como profesionalmente, son necesarias grandes dosis de confianza, seguridad y valor para superar todos los miedos y retos de la vida.

El destino del entrenador está influenciado por el modo en que se ve a sí mismo ya que esto determina sus expectativas. A su vez, la expectativas determinan las conductas del entrenador, que tendrán un resultado final. Por tanto, el resultado final que obtenga el entrenador estará muy próximo a lo que crea que se merece, y esté en consonancia con la forma en que se ve a sí mismo.

Por ejemplo, si un entrenador se ve como un ganador esperará grandes cosas para él y su equipo, y por tanto será perseverante en la obtención de sus metas, aunque en ocasiones dé miedo o sea un gran desafío. El éxito del entrenador confirma, ante él mismo y ante los demás, que realmente es un ganador.

SI ELIGES SER UN GANADOR, NO TE VAS A ASEGURAR GANAR SIEMPRE PERO ESTARÁS MUCHO MÁS CERCA DE CONSEGUIR TUS OBJETIVOS QUE SI ELIGES SER UN PERDEDOR.

TU ELIGES…