Si hay algo importante en un equipo es la figura del entrenador y el ejemplo que da. Cuando hablo de entrenador ejemplar no me refiero a que tenga que ser perfecto, pero sí debe mostrar en todo momento un comportamiento modélico y una serie de premisas o valores innegociables.

Esta serie de principios y valores del entrenador ejemplar son:

  • Cuida tu comportamiento en todo momento. Todos tus jugadores, miembros del cuerpo técnico, empleados del club y aficionados se fijan en cada uno de los movimientos que haces. Por tanto, no es que sea un examen continuo (o sí), pero debes cuidar los gestos en el día a día y tus palabras hacia dentro de la plantilla y hacia el exterior.
  • Sé congruente con lo que dices y luego haces. Nuevamente, las personas no se fijan en lo que se dice, sino en lo que se hace. Te conviertes en un entrenador ejemplar si haces las cosas en vez de decirlas. Un entrenador que llega el primero y se va el último, que trabaja y tiene preparadas las sesiones, que tiene claro el plan de partido, que ayuda a sus jugadores porque entiende que son los protagonistas, va a conseguir mayor rendimiento de sus jugadores que si hace lo contrario.
  • Ejerce un liderazgo positivo. Para liderar a los demás, primero te tienes que liderar a ti mismo. Un entrenador tiene que valorarse primero a sí mismo, tiene que aceptarse primero a sí mismo, tiene que tratarse bien primero a sí mismo. Cuando hace lo anterior, podrá hacerlo también con el resto de las personas.
  • Cuida a tu equipo. Graba en tu cabeza que tus jugadores y tu staff técnico son personas que trabajan contigo. Son tus compañeros. No son tus esclavos. Si los tratas mal, esto se volverá en tu contra. Sé educado, preocúpate por cómo están porque son más importante de lo que puedas imaginar.
  • Confía plenamente y al 100% en ti. Cuando un entrenador se queja de algo externo a él, o piensa que su plantilla no es “lo suficientemente buena” tiene un problema. No un problema con lo de fuera, sino un problema interior. El entrenador que confía planamente en sí mismo transmite a su plantilla esa idea y se convierte en una fuerza indestructible.
  • Sé buena persona. Lo más importante en la vida son las personas. Lo único que te queda cuando dejas de entrenar son las personas y las vivencias que has tenido con todas ellas. No hay cosa más triste que hacerte mayor y darte cuenta que no tienes ya poder y que únicamente tienes trofeos en las vitrinas de tu casa (si es que has ganado algo).