En ocasiones, dar el paso a la acción es lo que más nos cuesta pero, una vez dado, se dice que ya tenemos el 51% de nuestra meta conseguida.

Todos tenemos en nuestras vidas sueños por cumplir. Sin embargo, es muy diferente tener un sueño que querer alcanzar una meta. La diferencia entre un sueño y una meta es que el sueño no tiene acción, mientras que la meta se construye a través de la acción. Al ponerte en marcha, iniciarás el camino hacia el éxito.

Por tanto, a continuación explicaremos algunas herramientas para establecer un plan de acción eficaz y así conseguir nuestro objetivo o meta.

Hay un proverbio chino que dice que para tener una vida feliz necesitamos “alguien a quien amar, algo que hacer y algo que esperar”. Y el establecimiento de un plan de acción tiene que ver con el último punto, es decir, algo que esperar.

El objetivo que debe proponerse el entrenador es tener algo por lo que levantarte cada día con ilusión, algo por lo que valga la pena luchar y esforzarse para conseguirlo. Ese “algo” se acaba convirtiendo en una fuerza que tira del entrenador y permite dar sentido a su vida cada día, especialmente en los días difíciles.

Pero esa fuerza tiene que ser lo suficientemente grande para que la busquemos por tierra, mar y aire, tiene que ser lo suficientemente clara, debe poderse medir, y además tiene que ser alcanzable para el entrenador. Para ello, el coaching deportivo tiene una primera herramienta muy útil que es el establecimiento de una meta.

Es evidente que antes de empezar a conseguir algo es necesario preguntarse qué es lo que se quiere conseguir. El coaching deportivo es un proceso de cambio y mejora orientado al logro y a los resultados, con lo cual el punto de inicio de cualquier proceso de coaching es definir el objetivo/meta del coachee o persona con la que se realiza el proceso.

Para ello la propia palabra meta nos puede ayudar a encontrar la solución ya que queremos que nuestro objetivo sea:

M  de Medible

  de Específica

T   de Tangible

A   de Alcanzable

Por ejemplo, no sería una meta válida ser mejor entrenador de fútbol. Deberíamos definir como meta, en este caso, entrenar en un equipo de categoría superior el año que viene o ascender con mi equipo a una categoría superior el año que viene. Es medible, “ascenso”, es específica “una temporada”, es tangible a través de la clasificación y es alcanzable con el plan de acción que diseñaremos.

Una vez que el entrenador ha definido su META es importante que empiece a visualizar el éxito (la consecución de la META) y que lo describa con detalle, a ser posible por escrito. Esto será una fuente de motivación para el entrenador que se animará al verse cumpliendo su META y disfrutando de los resultados de la misma.