El coaching deportivo trabaja con personas

 

Siempre que acude a mí un entrenador o un deportista de élite para hacer coaching deportivo viene con la clara intención de mejorar a nivel profesional, pero en algunas ocasiones el coachee no tiene claro que es también fundamental trabajar la parte personal.

 

Somos como una gran máquina y cada aspecto de nuestra vida, tanto personal como profesional, son los engranajes que hacen que dicha máquina funcione a la perfección. Si hay un aspecto de nuestra vida que no funciona de manera correcta, el resto de la máquina se ve afectada. No estoy diciendo que para ser un deportista de élite y conseguir rendimiento deportivo tu vida personal tenga que ser perfecta. Pero lo que es evidente es que sí ayuda. Si en tu vida personal todo va bien, más paz, tranquilidad y seguridad tendrás para afrontar los entrenamientos y las competiciones deportivas.

 

Andrés Iniesta, brillante jugador y excelente persona, señala en una entrevista que su manera de jugar es un reflejo de su vida. “Al final de todo, cuando en la vida te va bien, todo se refleja y se traslada al terreno de juego”.

 

Por todo lo anterior, siempre que comienzo un proceso de coaching deportivo me centro no solo en el rendimiento deportivo del atleta, sino también en la parte personal del deportista. En las primeras sesiones se indaga con el coachee como son sus comportamientos y actitudes en el entorno, cuáles son las creencias limitantes que le boicotean y por último se desarrollan los valores y la identidad que harán que el jugador o el entrenador lo tenga todo bajo control, sienta seguridad y confíe en él mismo.

 

A partir de ahí, se puede comenzar a trabajar las metas y objetivos puramente profesionales.

 

El coaching deportivo es un método donde el coach (entrenador) acompaña al coachee (entrenado) en un proceso sistematizado cuyo objetivo es el desarrollo armónico tanto  personal como profesional del deportista, entrenador, directivo y su entorno.

 

El deportista alcanza la armonía y el bienestar en su vida cuando su cuerpo, su mente, sus emociones, su espíritu y su parte profesional crece de forma exponencial y al unísono.

 

Pero el coaching deportivo no es una pócima milagrosa que funciona si te la tomas. Además de cambiar tu manera de pensar, de sentir, tienes que cambiar sobre todo tu manera de actuar. El gran Albert Einstein decía que la mayor locura es querer conseguir resultados diferentes realizando las mismas acciones. Y añadía: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.