Claves para ser un deportista de élite

Todo el mundo pregunta cuál es la receta para llegar a ser un gran deportista de élite. Y, aunque no hay tal receta, si que es verdad que existen ciertas claves que son comunes en estos atletas.

Evidentemente para ser un buen deportista es necesario partir con un talento o ciertas cualidades que podemos decir que “vienen de serie” y que también se desarrollan, como son la capacidad física o calidad técnica.

Aunque la mayoría de las personas se centran únicamente en la mejora de factores externos para destacar en el deporte, hay otros factores internos, menos tangibles, que se antojan fundamentales para convertirse en un atleta de élite.

Un primer factor o clave es la capacidad de esfuerzo. No conozco a ningún deportista que haya triunfado que no tenga una gran fuerza de voluntad para alcanzar su objetivo. Se dice que la diferencia entre los que triunfan y los que fracasan es que los primeros no se dan por vencido y persisten a pesar de las dificultades.

Esta primera clave está relacionada con la siguiente: motivación. Esta palabra tan utilizada es fundamental para conseguir ser un gran deportista. Pero hay que distinguir aquí dos tipos de motivaciones: la extrínseca (la que viene de fuera, como puede ser un premio o un castigo) y la intrínseca (la que viene de uno mismo, es esa energía que se tiene para conseguir lo que uno se ha propuesto, los cambios que quieres hacer en tu vida). Ésta última es necesaria para crecer y mejorar.

Unida a la capacidad de esfuerzo y la motivación está la disciplina, que es lo que nos hace avanzar en la vida, ese conjunto de conductas efectivas que si se hacen de manera constante nos conducen a los resultados que esperamos.

Y para conseguir dichos resultados hay otra clave que es la buena disposición al desafío, es decir, retarse a uno mismo y a los demás para ir más allá de nuestros límites.

Por último, una clave que no hay que olvidar es la confianza en uno mismo. Cuando uno confía es sí mismo se cree digno y merecedor de buenas cosas, y está en disposición para alcanzar sus retos ya que lo hace con más seguridad y decisión que si no tiene confianza.

Como vemos, todos estos factores internos o mentales son los que marcan la diferencia entre ser un deportista normal o ser un gran deportista. Para llegar a ser el mejor hay que trabajar no solo los factores externos (físico, técnica, táctica,…) sino sobre todo los factores interno (mente).