BE WATER MY FRIEND

 

El otro día me preguntaba un deportista qué era lo que tenía que hacer para que le saliesen las cosas muy bien y cuál era la clave.

Después de un buen rato de preguntas y toma de consciencia, el deportista llegó a la conclusión siguiente: aunque era jugador profesional, la actitud y el enfoque no eran los más apropiados o correctos. Se lo estaba tomando muy, muy en serio, podíamos decir que demasiado en serio, y estaba perdiendo la frescura de cuando era joven y disfrutaba de su deporte.

Aquí, yo siempre comento que hay una gran diferencia entre salir a un terreno de juego “a sufrir” en vez de “a disfrutar” y que la competición puede ser una “gran carga” o un “gran reto”. Es decir, cuando un deportista practica su modalidad deportiva puede aferrarse a ganar, al resultado, a ser perfecto o por el contrario, puede relajarse, salir a darlo todo y hacerlo lo mejor que pueda independientemente del resultado. Es la diferencia entre “querer una cosa” o “necesitarla”.

Si la felicidad de un deportista está únicamente en conseguir una victoria, un título, es que está apegado a ello. Y este apego hará que no sea libre y por tanto no pueda disfrutar de la competición ni sacar el máximo rendimiento.

Para hacer lo anterior, es muy importante que el deportista fluya, es decir que sus retos sean acordes a sus capacidades. Cuando el reto es muy grande pero las capacidades son pocas, el deportista se estresa. Cuando el reto es pequeño y las capacidades son muchas, el deportista se aburre. Es muy importante que los retos y las capacidades estén equilibrados y que vayan creciendo progresivamente.

Si el deportista es capaz de saltar al campo de manera fluida, conseguirá un componente fundamental para el éxito.

Como decía el mítico maestro en artes marciales Bruce Lee: “Vacía tu mente. Libérate de las formas. Como el agua. Pon agua en una botella y será la botella. Ponla en una tetera y será tetera. El agua puede fluir o puede golpear. Sé agua, amigo.” Es decir, sal y no establezcas lo que va a suceder, adáptate a las circunstancias, no fuerces las situaciones. Si te adaptas al devenir de la competición podrás superar cualquier circunstancia y anticiparte a lo que sucede.

Y cuando fluyes con alegría y felicidad en vez de actuar con miedo, lo haces con una actitud de apertura, agradecimiento y muy cercana a lo que es el verdadero éxito en el deporte y en la vida.

«Be water, my friend».