Los momentos previos a competir pueden ser decisivos. El cuerpo está preparado, los entrenamientos se han completado, pero es la mente la que puede marcar la diferencia entre un buen rendimiento y uno excepcional. Prepararse mentalmente no significa eliminar los nervios, sino saber gestionarlos para que jueguen a favor del deportista. Aquí te comparto cuatro claves esenciales para lograrlo: relajación, visualización, enfoque en el presente y atención a la tarea.

  1. Relajación: calmar el cuerpo para activar la mente

La activación mental no significa tensión. Justo antes de competir, es fundamental encontrar un equilibrio entre energía y calma. Técnicas de respiración ayudan a reducir el ritmo cardíaco y despejar la mente. También puede incluirse un escaneo corporal breve para liberar tensiones musculares innecesarias.

  1. Visualización: ver para creer (y rendir)

La mente no distingue entre una experiencia real y una imaginada con intensidad. Por eso, visualizarse compitiendo con confianza, resolviendo situaciones clave y sintiendo el control, es una herramienta poderosa. Dedicar unos minutos antes de competir a imaginar los movimientos, sensaciones y decisiones dentro del campo o pista puede aumentar la seguridad y la preparación emocional.

  1. Centrarse en el presente: aquí y ahora

Es fácil que la mente se escape hacia el resultado, los rivales o los errores pasados. Sin embargo, el rendimiento óptimo solo ocurre en el presente. Técnicas como repetir una palabra clave, por ejemplo: «confianza», «foco» o «aquí», pueden ayudar a anclar la atención en el momento. También es útil conectar con los sentidos: sentir el contacto con el suelo, el aire, los sonidos del entorno.

  1. Atención en la tarea: lo que depende de ti

Antes de competir, es clave que el deportista se concentre en lo que tiene que hacer, no en lo que no puede controlar (como el resultado, los árbitros o el comportamiento del oponente). Tener claro su plan de acción, sus rutinas y objetivos específicos (por ejemplo, «mantener la intensidad defensiva» o «buscar el pase fácil») permite entrar en modo rendimiento y reducir la ansiedad.

La preparación mental no es magia, es entrenamiento. Igual que se repiten gestos técnicos, estas estrategias requieren práctica constante para que se integren de forma natural. En los momentos previos a competir, la mente puede ser tu mejor aliada: solo necesitas enseñarle a estar donde más importa, en el ahora, y hacer lo que sabes hacer: dar lo mejor. ¿Estás preparado para el gran reto de competir?