Refuerzos positivos

 

En el mundo del deporte se debate muchas veces sobre la importancia que tienen los refuerzos positivos en los entrenamientos y partidos.

Lo correcto es REFORZAR conductas CONCRETAS positivas en los jugadores para que se REPITAN y RETIRAR estímulos NEGATIVOS para que no se repitan y así se REFUERCEN conductas positivas.

Tanto en los entrenamientos como en los partidos hay infinidad de situaciones en las que el refuerzo puede ser clave para el aprendizaje y para la mejora del deportista.

Cualquier toma de decisión correcta puede ser utilizada para reforzar, pero también hay que saber cuando llevar a cabo el feedback, si es necesario darlo inmediatamente, si hay que esperar o incluso si hay que omitir dicho refuerzo positivo.

En cuanto a las conductas, y sobre todo con los más jóvenes, es fundamental dejarles claro que cualquier comportamiento inadecuado, falta de respeto o conducta antideportiva debe ser sancionada y eliminada para que no vuelva a repetirse. De igual manera, los comportamientos donde la cooperación, el trabajo en equipo, la eficacia en la comunicación o el autocontrol emocional aparezcan debe ser algo reforzado y premiado.

¿Cómo se puede reforzar o premiar?

Pues de dos maneras:

  • Se puede reforzar de forma SOCIAL: con ELOGIOS, APROBACIÓN, RECONOCIMIENTO.
  • Se puede reforzar de manera MATERIAL: DESCANSOS, PREMIOS, ETC.

Cuando a un deportista se le reconoce su buen hacer o se le aprueba lo que hace con un refuerzo social, tenderá a repetirlo y se sentirá con mayor confianza y seguridad.

Otra forma de refuerzo es mediante algo material, es decir, con un premio (económico en deportistas profesionales, un regalo material en los más jóvenes, o cualquier otra cosa que sea motivante para el jugador). También es posible que el deportista sea reforzado con algún descanso en el propio entrenamiento o después del partido. Si se premia el esfuerzo de un trabajo bien hecho en un entrenamiento o si se da un descanso después de un gran partido el jugador no solo descansará físicamente sino mentalmente.

En ocasiones los entrenadores no saben utilizar los refuerzos correctamente y los aplican indiscriminadamente: o dan demasiados y no hacen el efecto que se persigue, o son tan escasos que pierden muchas oportunidades de reforzar a sus deportistas.

El consejo más práctico: utilizar el sentido común y aprovechar cada oportunidad para que el jugador pueda crecer y mejorar. Es muy fácil decirlo, lo difícil es hacerlo, y hacerlo bien.