Jugar y ganar

Desde siempre hay un debate en el deporte sobre la importancia que tiene jugar y ganar. Pero hay diferentes opiniones que, aunque se quieren hacer contrapuestas pueden ser complementarias.

Hay entrenadores que piensan que lo más importante es jugar bien independientemente del resultado. Otros que prefieren jugar mal y ganar.

Recuerdo que en Argentina hay grandes defensores y opositores de las dos corrientes que defienden estas ideas contrapuestas, liderados por Menotti por un lado y Bilardo por el otro. Menotti, sin renunciar al triunfo le preocupaba además del qué, el cómo. Como se ha dicho Menotti se caracterizaba por “tener la pelota, cuidarla, progresar en base a pases sucesivos y plantear los partidos con el pensamiento puesto en la portería de enfrente como objetivo esencial”. Por otro lado, Bilardo defendía que lo único importante era ganar, el qué. Es un concepto muy dual: o ganas o pierdes. Bilardo decía que “…del segundo nadie se acuerda, ¿alguien sabe quién fue el segundo en pisar América?”, y en la búsqueda del triunfo simplemente aplica todas las herramientas que considera necesarias, sin detenerse a revisar cuestiones estéticas o de estilo. Trasladada a la cancha, la idea que por lo general se convirtió en poner el acento en la seguridad defensiva y la negación del juego rival, para a partir de allí construir el ataque propio.

Desde mi humilde punto de vista creo que ambas perspectivas son importantes y que se debe buscar el jugar bien con tanta intensidad como ganar. El que únicamente busca ganar sin preocuparse del juego creo que se aleja de la victoria, y el que le preocupa solo jugar bien, le falta algo esencial para alcanzar la excelencia como es ganar.

Es clave también, a la hora de definir tu estilo de juego, los jugadores que tengas en tu equipo ya que sus características definirán hasta dónde son capaces de llegar (hay que tener en cuenta la calidad, el físico, etc. de tus jugadores).

Los grandes entrenadores y deportistas de la historia se han centrado en hacer bien su trabajo, defendiendo sus ideas, y disfrutando de su trabajo. Luego en ocasiones se jugará bien, en ocasiones se jugará mal, en ocasiones se ganará y en ocasiones se perderá. Creo que es bonito ver jugar a un equipo con su estilo propio, defendiéndose del rival como “gato panza arriba”, pero sin descartar o renunciar al juego combinativo, de toque y de ataque.

Para jugar y ganar hay muchos caminos y todos son aceptables. Lo ideal sería tomar lo mejor de cada estilo, teniendo en cuenta las características de los jugadores, para poder conseguir tus objetivos.