Desde hace tiempo tengo la certeza de que tú decides. Tú decides, me refiero a que dependiendo del punto de vista de cómo mires las cosas, de cómo las interpretes, así te van a influir en la vida o en el deporte.

Quiero hacerte un par preguntas y quiero que las respondas con total sinceridad:

¿Te influye mucho lo que opinan los demás o te preocupa lo que digan de ti?

Si has contestado que sí, tienes un problema, o mejor dicho tienes un reto o algo que “trabajar”. Lo que digan los demás es únicamente eso, una opinión. Si escuchas un feedback y tratas de mejorar lo que se puede mejorar estará perfecto. El problema es que te preocupes en exceso de las opiniones y no sepas vivir sin la total aceptación de los demás. Te voy a contar un secreto: siempre encontrarás a alguien que no le guste lo que dices y haces o no esté de acuerdo con tu forma de ver la vida. Acepta que esto va a pasar y no te lo tomes como algo persona. Suelta todas esas ideas que las personas o alguien está en tu contra y vivirás más relajado o relajada.

¿Quieres tenerlo todo controlado y cuando te cambian algo o surge algún imprevisto te entra el pánico?

Si has contestado que sí, nuevamente tiene un problema, o mejor dicho tienes otro reto o algo que “trabajar”. La vida es constante cambio. Por tanto, tienes que estar preparado para dichos cambios, ser flexible. Es evidente que es bueno planificar, tener orden en la vida. Pero no se puede confundir con el control enfermizo de las cosas, de las personas y de las situaciones. En muchas ocasiones te obsesionas con ciertas cosas que crees que van a ser las correctas, que van a darte las soluciones a tus problemas. Y pasado un tiempo te das cuenta de que estabas equivocado o de que eso que te ha llegado de repente era un regalo o simplemente, que el cambio no hay que percibirlo como una amenaza sino como una oportunidad.

Es hora de ver las cosas desde otro prisma. Es hora de que tomes la decisión más importante de tu vida: es hora de que empieces a ver la vida, tu entorno, las personas, el deporte de otra manera y dejes de sufrir. Nadie está en contra tuya. Cada vez que surja un imprevisto o no salgan las cosas como deseabas piensa que es una oportunidad. No sabes qué tipo de oportunidad será. Pero piensa que va a ser positivo y bueno para ti. Tú decides.