El triunfo y la derrota

 

El triunfo y la derrota son, como decía el Premio Nobel de Literatura Rudyard Kipling dos grandes impostores. ¿Y por qué decía esto? Porque si eres capaz de asumirlos o como dice Kipling de defenderte de ellos, les habrás vencido.

Se acerca el final de la temporada y los equipos finalizan sus competiciones, ganando o perdiendo. Cuando trabajo con deportistas, entrenadores o equipos siempre se tiene como objetivo de resultado ganar, ser el primero, obtener un título. Y esto no es malo. Lo malo es perder el rumbo tanto en la derrota como en la victoria. Lo realmente importante es saber que tanto si pierdes como si ganar, sigues siendo la misma persona y que ambas experiencias te servirán para seguir aprendiendo y creciendo.

Admiro cuando una persona comprende, integra y vive con naturalidad lo anterior. Cuando un deportista está en calma y en paz consigo mismo independientemente del resultado y planta cara a los dos impostores, el triunfo y la derrota; así gana, ya que la derrota no te va a hundir y la victoria no te va a hacerte venir arriba y  perder el rumbo (que es otra forma de hundirte).

Ralph Waldo Emerson decía que el éxito era: “Ganarse el respeto de las personas inteligentes y el cariño de los niños. Apreciar la belleza de la naturaleza y de todo lo que nos rodea. Buscar y fomentar lo mejor de los demás.  Dar el regalo de ti mismo a otros sin pedir nada a cambio, porque es dando como recibimos. Haber cumplido una tarea, como salvar un alma perdida, curar a un niño enfermo, escribir un libro o arriesgar tu vida por un amigo. Haber celebrado y reído con entusiasmo y alegría, y cantado con exaltación. Tener esperanza incluso en tiempos de desesperación, porque mientras hay esperanza hay vida. Amar y ser amado. Ser entendido y entender. Saber que alguien ha sido un poco más feliz porque tú has vivido”.

Muchas veces queremos ganar a toda costa, perdiendo por el camino incluso más de lo que ganamos. A veces, y digo a veces, el éxito consiste en soltar, o abandonar esa idea y caminar más ligero. Tengo la experiencia que cuando se suelta, lo vives de otra manera (la derrota) y además ocurren cosas maravillosas como nuevas oportunidades o situaciones que no esperabas (la victoria).

Y no digo que tengas que caer en la indiferencia y que te dé igual ganar que perder. Es evidente que cuando se pierde o te caes el levantarte es lo que te hará mejorar y crecer. Como decía Samuel Beckett: “Inténtalo. Fracasa. No importa. Inténtalo otra vez. Fracasa de nuevo. Fracasa mejor”.

Te invito a que leas el poema completo de Rudyard Kipling titulado “Si” y que además de reflexionar sobre ello llevándolo a la práctica. El triunfo y la derrota son dos grandes impostores.