Cuando los alumnos en clase o los deportistas me preguntan por los obstáculos de la confianza siempre les contesto que no existe una guía, pero que en muchas ocasiones tiene que ver con dos cosas:

  • No creer firmemente en tu trabajo y en la vida.
  • Dificultad o temor a que vayan mal las cosas o a sufrir.

Cuando un deportista no cree firmemente en él mismo, en lo que trabaja y en la vida misma, tiene un gran problema. Primero porque te hace perder la calma y la concentración que son claves para obtener el alto rendimiento y en segundo lugar porque si al final consigues el resultado, no has disfrutado del proceso.

Te voy a poner un ejemplo. Hace poco se retiraba un deportista con el que había trabajado haciendo coaching durante sus últimas temporadas en activo. Me decía riendo que me tenía que haber conocido antes, cuando empezó a ser profesional. Él era un gran deportista, había tenido éxito, pero me confesó que durante gran parte de su carrera deportiva no fue capaz de disfrutar de su profesión por culpa de su falta de confianza. Hasta que no conseguía un éxito, estaba tenso y no disfrutaba ni en los entrenamientos ni durante la competición. Yo le comenté que afortunadamente no le influyó en exceso en sus resultados, pero no creer hizo que llevara el proceso como una carga o sufrimiento en vez de como un camino.

Estos obstáculos de la confianza, en muchas ocasiones pasan desapercibidos, no se comentan o incluso se ocultan, pero efectivamente siguen minando al deportista. El otro obstáculo es la dificultad o temor a que vayan mal las cosas o a sufrir.

Muchas personas que están alejadas del deporte de alto rendimiento piensan que los deportistas son auténticas máquinas que no sufren ni padecen. Pero te puedo asegurar que no es así.

Es fundamental para el equilibrio mental y para rendir, centrarse en la tarea, centrase en el momento presente. Si tengo miedo al futuro, si me da miedo las consecuencias que puede tener que no gane, seguro que mi actuación será peor. Hay que soltar el resultado, desapegarse de él. Cuando te centras en cada paso previo al resultado, empiezas a disfrutar y en muchas ocasiones llegas a él, sin sufrir, sin dudar.

Está claro que los obstáculos que plantea, sobre todo la competición, a cualquier deportista, sea del nivel que sea, son interminables, pero si eres capaz de soltar y creer firmemente en ti y en tu trabajo y de vivir plenamente el presente, tu vida va a cambiar y tus resultados van a mejorar.