Esta mañana he tenido una conversación con un ser querido. Me decía que le iba a costar mucho volver a empezar el año y yo le dije: No te quejes.

Empezó relatándome todo lo que le esperaba: había estado muy tranquilo y cómodo en las vacaciones, y ahora tenía que volver a trabajar duro ya que tenía cosas retrasadas. Además, no le apetecía volver a levantarse temprano, prepararse y preparar a sus hijos para llevarles al colegio y, tras una larga jornada laboral, ponerse a estudiar nuevamente con sus hijos.

Yo le comenté que entendía como se sentía, porque yo en algún momento de mi vida también me he sentido así. Pero lo que le estaba ocurriendo era que se estaba enfocando en lo que estaba perdiendo, en vez de pensar en lo que ganaba al volver a trabajar. Le volví a repetir: No te quejes. Me dijo que no ganaba nada volviendo a trabajar, que no le apetecía. Y le respondí que era cuestión de actitud.

Lo primero positivo de volver a trabajar tras unas vacaciones es que indica que estás vivo y que tienes la oportunidad de elegir. Parece algo obvio, pero es así. Hay personas que habrán muerto, enfermado o les habrán echado del trabajo y no tendrán esta maravillosa oportunidad de vivir y poder elegir qué hacer con su vida. La segunda cosa positiva es que si estás motivado con tu trabajo no te va a costar tanto como piensas y vas a contagiar a los que tengas a tu alrededor. Y lo tercero es que al tener una actitud positiva tomas protagonismo y responsabilidad con tu trabajo. Al hacer esto dejas de quejarte y sentirte un desafortunado.

Si de verdad no puedes aguantar tu trabajo, no te gusta, no te motiva y no te llena, deberás elegir si quieres seguir así o decidir dejarlo en busca de algo más gratificante.

En el deporte ocurre algo muy parecido. Algunos deportistas tras sus vacaciones, vuelven con poca energía, malhumorados y quejándose. Ante esta situación yo les digo lo mismo: No te quejes. Tienes dos caminos: dejar el deporte o hacerlo con ganas, motivación y profesionalidad.

Cuando alguien se queja, además de derrochar gran cantidad de energía interna, lo que busca es huir de algo que no le gusta. La consecuencia es que no pone el foco en lo que tiene que hacer y empieza a cometer errores y bajar su rendimiento.

Sé que en ocasiones puede costar, pero es cuestión de actitud y de elección.

Y tú, ¿qué actitud quieres tener? ¿qué eliges?