Líderes de equipos

 

Cada día, ya sea en una empresa o en un club deportivo, los líderes de equipos son una pieza clave en el engranaje y en el funcionamiento de dichas empresas.

Se habla mucho de los tipos de liderazgo, de los estilos de liderazgo, de cómo liderar, pero esto en ocasiones es algo teórico. Lo realmente importante es cómo llevarlo a la práctica y qué hacer en el momento adecuado, con las personas adecuada.

Para ello, más que centrarse en conceptos teóricos, creo que es fundamental llevarlo a la práctica. Si tuviese que elegir una cualidad del líder para mejorar o influir positivamente en el equipo, probablemente sería la comunicación. Cuando un entrenador deportivo o cuando un directivo es capaz de comunicar de forma eficaz a su equipo de trabajo la cosa cambia radicalmente.

Es cierto que también el líder tiene que estar preparado, tiene que saber el objetivo hacia el cual se dirige la empresa y gestionar el día a día. Pero en muchas ocasiones los equipos de trabajo están más centrados en apagar fuegos y el día a día y las cosas urgentes se imponen a lo importante. Por eso es fundamental que el líder, el entrenador o el directivo se prepara para abanderar el cambio en la empresa.

Pero, ¿cómo hacer esto? Pues en primer lugar hay que educar y concienciar al equipo para dicho cambio. El líder explicará al equipo que son capaces (si realmente lo son) de seguir creciendo, de superar obstáculos o de conseguir sus objetivos. Para ello se puede apoyar en hechos pasados que han sido relevantes y donde el equipo ha superado situaciones o momentos difíciles. De esta forma se sentirá con confianza para afrontar estos nuevos retos apoyándose en los valores más importantes del equipo.

También es clave movilizar al equipo para que utilice todo su potencial en el momento presente para poner a prueba toda su capacidad ya que esa amenaza común de seguir mejorando hace que todos tengan que poner lo mejor de sí mismos. El motor de la sensación de urgencia debe ser aprovechado por el líder para poner en acción a las personas.

Por último, el líder debe aprovechar la situación para retar al equipo con un desafío común a todos, a la vez que motivante. Esto se logrará si se tiene claro hacia dónde se dirigen y cuáles son las líneas estratégicas de acción para que el equipo encuentre su rumbo y sepa lo que tiene que hacer en cada momento.