Últimamente hay muchas personas interesadas en el Coaching de equipos deportivos. Me preguntan sobre el tema y de las particularidades que tiene con respecto al coaching individual. La mayor diferencia es que las Leyes sistémicas en equipos deportivos existen y hay que conocerlas y gestionarlas.

Lo primero que recomiendo es formarse a través de Certificaciones que estén avaladas tanto por organizaciones de prestigio como por universidades.

A partir de ahí, lo siguiente es empezar a practicar, practicar y practicar, comprendiendo y trasladando los conceptos básicos y los principios sistémicos de cualquier equipo u organización.

Un sistema es un conjunto de elementos que se interrelacionan entre sí, de manera que cuando le ocurre algo a un miembro del sistema, le afecta al resto del sistema y viceversa. Es decir, en un equipo deportivo, lo primero que hay que tener en cuenta es que el propio equipo tiene que ser entendido como un sistema y no como la suma de un grupo de personas.

Efectivamente, todo lo que afecta a una parte del equipo va a afectar al propio equipo. Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que de mí depende lo que sucede en mi equipo, ya que formo parte de él.

Depender no significa que tengamos el control absoluto de lo que sucede. Depender significa que tengo una influencia total en mi equipo (se dice que tenemos un 0% de control sobre mi equipo y un 100% de influencia sobre él).

Evidentemente cada jugador, cada entrenador, cada miembro de un equipo deportivo ocupa un rol determinado y va a ser fundamental para el buen funcionamiento del equipo.

Además del rol es clave que los equipos deportivos sigan una serie de leyes grupales que se denominan “Leyes sistémicas en equipos deportivos”.

La primera de ellas es la “ley de pertenencia”: todos los miembros del sistema tienen derecho a pertenecer. Cuando en un equipo deportivo o en una organización se excluye a alguien del equipo se está violando esta ley y es cuando empiezan a surgir los problemas.

La segunda ley es la “ley del equilibrio” que dice que en un sistema tiene que existir un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe. Si alguien del equipo percibe que da más que lo que recibe o si percibe que se siente obligado a dar mucho recibiendo poco del equipo, se va a sentir mal y también surgirán problemas dentro del equipo. La clave estará en restablecer el desequilibrio real o percibido entre dar y recibir.

Por último, tenemos la “ley de la jerarquía”. Puede haber tres tipos de jerarquía: la “cronológica” (por orden de llegada), el “mérito”, es decir, el reconocimiento que tiene la persona dentro del equipo deportivo y la “jerarquía funcional” en función de la operatividad y lo que hace cada una dentro del equipo. Se tienen que dar los tres tipos de jerarquía dentro de un equipo deportivo. Si falta alguna, se produce un desequilibrio que afectará nuevamente al equipo. Para restablecer la jerarquía es necesario que el equipo sea consciente de los tres tipos de jerarquía y que todo el equipo lo acepte.

Como vemos, conocer las Leyes sistémicas en equipos deportivos o trabajar simplemente con un equipo conlleva: conocer cómo se comporta, saber cuáles son las fases por las que pasa un equipo y aplicar las herramientas que hacen que el equipo crezca y se desarrolle.