La actitud del coach.

 

En primer lugar quiero constatar que un coach (profesional que realiza procesos de coaching) no es ser ningún superman. Tampoco es alguien superior a los demás, que lo sabe todo respecto a la vida, los problemas y sus soluciones.

 

Un coach es una persona como tú, pero que ha tenido la suerte de capacitarse sólidamente de forma académica y ha llevado posteriormente todos estos conocimientos a la práctica para poder comprobar que funcionan, experimentando un cambio interior y exterior y, así, poder apoyar a otras personas a llevar a cabo el mismo proceso. Solo así, un coach está preparado para trabajar con clientes de forma profesional. La teoría y la verborrea en estos casos no sirven para nada ya que pronto el cliente se dará cuenta que no llevas a la práctica todo lo que “predicas” y que tu vida no tiene nada de extraordinaria.

 

Otro principio básico en la actitud del coach es que el coachee (cliente) no es una víctima. No tenemos que compadecernos de él porque debajo de sus heridas se esconden grandes dones y virtudes. Él tiene sus recursos y es capaz de conseguir sus objetivos. Lo único que tiene que hacer el coach es ayudarle a despejar el camino. Apoyarle en el proceso para que pase de un estado bloqueo e incapacidad a otro mucho más efectivo de cambio y capacidad. Apoyar al coachee para que descubra que es una persona significativa y que, con herramientas y trabajo, puede marcar la diferencia con su vida. Cuando el coachee despeja ese camino, encuentra un propósito en su vida y descubre lo capaz que es, su vida empieza a cambiar. De esta manera el coachee se sitúa en la línea de salida para empezar a planificar sus metas y objetivos.

 

Por todo lo anterior es tan importante trabajar los objetivos tanto deportivos (profesionales) como las metas personales. El mítico entrenador de baloncesto John Wooden decía: “No permita que ganarse la vida le impida tener una vida. La gente no dedica el tiempo suficiente a sus familias: priorizan las cosas materiales, piensan que ello los compensará. Generalmente la búsqueda de las posesiones materiales tiene prioridad frente a las cosas que, al fin y al cabo, duran más, como lo son la fe, la familia y los amigos”. 

 

 

Habitualmente, a los entrenadores y deportistas de élite les inquieta saber cómo conseguir el éxito, cómo mejorar sus resultados, cómo conseguir campeonatos. Pero para ello se hace fundamental el crecimiento personal del individuo (mejorar mental, emocional y espiritualmente). Es esencial en la actitud del coach conocerse a sí mismo si se quiere apoyar a otras personas para que mejoren.