Convivir con la incertidumbre

 

Es evidente que la situación mundial que vivimos no es la mejor. Y convivir con la incertidumbre se antoja fundamental para salir airosos de esta crisis sanitaria, económica y social.

Hasta ahora vivíamos en una burbuja donde todo era más o menos predecible: te levantabas, ibas a trabajar, disfrutabas de tu ocio, escapadas o vacaciones libremente… Pero eso ahora a cambiado. En estos momentos no es seguro al 100% ni ir al cine o salir a cenar a un restaurante con tu familia o con tus amigos.

El desasosiego social hace que emocionalmente las personas sientan altibajos en sus estados de ánimo. Y el mundo del deporte no escapa a esta situación de crisis. Todos los años, al inicio de la temporada, los equipos se preparaban para iniciar sus ligas con ilusión y nuevos retos. En estos momentos, salvo las ligas profesionales, no hay una fecha de inicio de las competiciones.

Hay dudas, no se sabe muy bien qué es lo que hay que hacer. Por tanto, los deportistas, los entrenadores, los equipos y los clubes tienen que convivir con la incertidumbre.

Muchas personas creían que después del confinamiento todo pasaría y que iría sobre ruedas, que únicamente habrían pasado por una pesadilla de unos meses y que todo volvería a la normalidad. Pero parece que esto no ha acabado y tenemos que seguir siendo, por un lado, responsables y por otro, fuertes mentalmente para salir airosos de lo que nos viene encima. Parece que no hemos aprendido todavía la lección que cada uno individualmente tiene que aprender.

Ante la pérdida de lo que teníamos antes hay dos opciones: o quedarse lamentando por lo bien que estábamos (éramos felices y no lo sabíamos) o adaptarse a lo que venga con optimismo, sabiendo que esto no va a durar toda la vida y que nos traerá aprendizajes y crecimiento en todas las áreas de nuestra vida.

Yo personalmente quiero vivir en la segunda opción: adaptarme y seguir creciendo. Está claro que no es fácil en ciertos momentos, pero es el mejor camino. Para ello, creo que no tenemos que esperar que los gobiernos, las empresas solucionen nuestros problemas. Es más un trabajo individual responsable que habrá que asumir.

Tendremos que analizar cada uno nuestra situación personal y profesional para adaptarnos a lo que pueda venir y tener alternativas (un plan B) por lo que pueda pasar.

En el mundo del deporte, como en todos los sectores laborales, queremos volver a la normalidad, pero hay que estar preparados por si no se puede. Generar expectativas sobre algo que luego no pasa, puede ser más negativo todavía.

Tanto en la vida como en el deporte ganará el que se adelante a los acontecimientos, haciendo lo posible por mejorar lo que depende de él. El que se ponga en marcha sin lamentarse del pasado, preparándose y siendo responsable, liderando su propia vida, tendrá más opciones de salir airoso.

Cuando estamos bien, en nuestra zona de confort, no solemos crecer. Es en los malos momentos, cuando lo estamos pasando mal, cuando las personas sacan lo mejor de uno mismo y se convierte en mejores personas.

En toda crisis hay oportunidades. La clave, al convivir con la incertidumbre, está en preguntarse: “¿Qué puedo hacer yo para afrontar esta situación de crisis con responsabilidad?