Hay un dicho que es: Adaptarse o morir. Si buscamos en la RAE el significado de adaptarse vamos a encontrar lo siguiente: “Modificar alguna de sus características o tener unas características que le permiten desarrollarse en un lugar o situación distintos a los originales o idóneos”. Y también: “Acomodarse o ajustarse [una persona] a un lugar o una situación distintos de los habituales”.

Nos vamos a quedar con el segundo significado. En la vida, en tu trayectoria profesional, en tu carrera deportiva y en tu vida personal vas a tener que ir ajustando y acomodando tu situación en función de las necesidades e intereses propios y ajenos.

Te voy a poner varios ejemplos. El primero un jugador que está acostumbrado a jugar en una posición o en un club determinado y el entrenador le pide jugar en otra posición o tiene que cambiar de club. En ambos casos la clave va a estar en la adaptación al cambio. Cuando se gestiona correctamente el deportista crece. Otro ejemplo a nivel personal y profesional puede ser cuando eres padre y los hábitos que tenías hasta ese momento, tanto personales como profesionales, empiezan a cambiar. Yo, por ejemplo, cuando no era padre tenía más tiempo para mi ocio, leer, ir al cine, salir a cenar con mi mujer. Después de mi primera hija, no es que tuviera que renunciar a todo, pero nos tuvimos que adaptar a la nueva situación.

Lo importante en ambos casos no es el cambio en sí, sino el adaptarte a él, la actitud que tomas. Como decimos, adaptarse o morir. Cuando eres deportista y te adaptas rápidamente a un entrenador, a una nueva ciudad, a un nuevo club, a unos nuevos compañeros, todo funciona. Cuando eres capaz de adaptarte a los pequeños cambios del día a día sin enfadarte o frustrarte, estás dando un salto de calidad en tu vida. Hace tiempo, cuando me cambiaban una reunión o me modificaban mis planes me ponía muy nervioso, me enfadaba y lo gestionaba de una manera incorrecta. Actualmente me he adaptado a convivir con el continuo cambio y no me supone ningún problema el cambiar mi agenda y modificar los planes que tenía establecidos para ese día.

Antes pensaba que los cambios eran siempre malos. Ahora ese punto de vista ha cambiado y siempre pienso: “pues seguro que este cambio va a ser bueno para mí y para los demás, no me voy a resistir al cambio”. Como decía al inicio: Adaptarse o morir.