Neurociencia y deporte

 

Neurociencia y deporte siempre han estado unidos pero no se sabía.

Hasta no hace mucho tiempo los entrenadores y técnicos deportivos habían centrado sus esfuerzos y trabajo en el entrenamiento físico, técnico y táctico del deportista. Incluso han llegado a desarrollar aspectos científicos en cada una de estas áreas. Por ejemplo, recuerdo que hace 30 años los jugadores de fútbol utilizaban métodos traídos del atletismo para trabajar el aspecto físico, y, aunque fue un avance en la época, hasta que la preparación física no se desarrolló científicamente investigando en cada deporte específico no dio ese salto cuantitativo y cualitativo. Por ejemplo, hace años no se sabía nada de qué umbrales aeróbicos o anaeróbicos son los idóneos para el rendimiento deportivo o qué carga física es la más adecuada en función de la edad, el deporte o el nivel de entrenamiento.

En cuanto a lo técnico y lo táctico ha ocurrido algo parecido. Antes un entrenador te indicaba cómo había que realizar un movimiento de forma subjetiva y experiencial. Actualmente, el técnico se puede apoyar en programas informáticos donde se estudia biomecánicamente cada movimiento del deportista y la forma idónea donde se saca mayor rendimiento a la acción.

Pero ha habido un vacío a nivel mental en el deporte de alto rendimiento. Otras disciplinas han aportado al deporte un gran avance y hay que agradecérselo. Sin embargo la neurociencia aplicada al deporte puede ayudar de forma científica a desarrollar la mente unida al cuerpo de una forma multidisciplinar.

Esta ciencia relativamente joven puede darnos muchas claves para saber qué ocurre en nuestro cerebro y cómo podemos entrenarlo: cuando estamos realizando un movimiento deportivo, cuando queremos coordinar los movimientos del cuerpo en el contexto deportivo, o cuando un deportista se ve afectado su rendimiento deportivo determinados estados emocionales.

La neurociencia puede aportar en el deporte de alta competición algo tan importante como comprender las causas que hacen que el rendimiento deportivo mejore a nivel corporal y mental, comprender cómo potenciar y como eliminar las interferencias de diversos factores en el aprendizaje motor, mental y físico-emocional. Así mismo la neurociencia aporta claridad para comprender las relaciones entre el cerebro humano y las posibilidades motrices de nuestro cuerpo, relaciones fundamentales que están íntimamente unidas y que se desarrollan en el aparato locomotor del deportista.

Estamos ante una gran oportunidad de desarrollo integral y multidisciplinar donde lo más importante es mejorar al deportista y al deporte de una forma científica, medible y que da resultados. La neurociencia y el deporte se han dado la mano y estarán mucho tiempo juntos.