El legado del deportista

 

Cuando un jugador abandona su equipo de toda la vida deja mucho más que sus goles o sus actuaciones. El legado del deportista es mucho más que eso. Hace unas semanas dos figuras del fútbol español, Andrés Iniesta y Fernando Torres, dejaron sus equipos de toda la vida para embarcarse en nuevos proyectos futbolísticos.

Ambos jugadores son para sus clubes y sus seguidores mucho más que un simple jugador o entrenador que han trabajado unos años dando todo para su equipo.

De Andrés Iniesta podríamos estar hablando párrafos y párrafos, no solo de los logros o títulos sino también de sus gestos fuera del campo. Además de ser el jugador español con más títulos oficiales de la historia, incluyendo Champions y Ligas con el F.C. Barcelona y Eurocopas y Mundial con la Selección Española, a Andrés se le recordará siempre por el gol que nos dio el Mundial de 2010 y por su celebración, dedicándolo a su amigo fallecido Dani Jarque. En el momento cumbre de su carrera, en vez de señalar su nombre o decir que es el mejor, se acuerda de su amigo fallecido y le dedica el gol. Por este gesto Iniesta es aplaudido y querido en el campo del máximo rival del F.C. Barcelona, el Espanyol.

Los compañeros de Iniesta han comentado en más de una ocasión que es una persona muy humilde, trabajadora y que valora las cosas sencillas del día a día y su familia. Un gran ejemplo para todos los jóvenes futbolistas que se quieren dedicar a esta profesión y que en muchas ocasiones los modelos de referencia no son tan positivos como el manchego.

Por otro lado Fernando Torres ha sido, es y será muy querido por la afición atlética ya que cuando ha sido jugador lo ha dado todo siendo un referente, y porque siempre ha llevado con orgullo el nombre del Atlético de Madrid por todo el mundo. Cuando un jugador dice que más importante que todos los títulos que ha conseguido es sentirse tan querido por su afición, denota la comunión que tiene con los atléticos. Fernando Torres en su despedida dio una lección de valores y agradeció a todos los que le ayudaron a llegar donde llegó y a su familia y entorno por apoyarle en los buenos y en los malos momentos. En su despedida comentó que “había sido un orgullo, un honor y un privilegio vestir esta camiseta (…). De corazón, me habéis hecho sentir la persona más feliz del mundo”.

Se van dos jugadores pero queda el legado del deportista que con sus valores hacen más grande el deporte del fútbol.